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jueves, 2 de diciembre de 2010

POESÍA

LA BANDERA DEL MUNDO
Andrés Nuño
(El pastor de Carenas)

La bandera del mundo

Tengo recuerdos de mi infancia,
 diminuta, casi inexistente.
en tierras de castilla eterna
que da nombre a la lengua del mundo.

Donde la ropa limpia, inmaculada,
ondea, al sol sobre un prado verde.
crecí, y sigui viendo, la ropa siempre,
tendida al sol y al viento en otra tierra.

Viajé al sur y encontré ropa lavada,
de las gentes, de otro color y otros ojos.
Viajé al norte y la ropa del hombre,
también se seca, colgada al sol.

Recorrí el mundo, y hallé siempre,
la segunda piel, tejida, del ser humano.
extentdia, como el hombre de Vitruvio,
ondeando, al viento que rodea el orbe,
sin preguntar a quien seca.
Libre al sol, que da la vuelta al planeta,
sin preguntar a quien calienta,
secando las banderas recién lavadas,
sin mástil, sin patria y sin tierra.


La ropa que cubre a los humanos.
Esa es la bandera del mundo.
Tiende sin vergüenza, tu ropa al sol,
y ondeará en tu casa la bandera universal.


Ella vino

En invierno vino, a traerme una mirada.
Y yo, no supe qué darle, sólo le ofrecí nieve.

En primavera vino, a traerme una sonrisa.
Y yo, no supe qué darle, sólo le ofrecí romero.


En verano vino, y me alargó sus manos.
Y yo, no supe qué darle, solo le ofrecí un puñadito de viento.


En otoño vino, a traerme sus ojos limpios.
Y yo, no supe qué darle, sólo le ofrecí gotitas de rocío.

¡Ay! Qué haré contigo. Dijo. Tú que me estás danto tanto.
¡Ay! Qué haré yo contigo. Dije. Si tú me etás dando todo.

Volar


A mí la música,
amí sus ojos,
a mí los pájaros,
a mí sus besos,
a mí el monte y los caballos,
a mí los niños en la calle,
y nada más, nada más,
ya con esto volaré.


Cautivo o preso


Ahí va el perfume, cautivo en el aire
y la cometa presa del niño
y el barquito cautivo en las olas
y el avaro preso de su riqueza
y el toro cautivo en la dehesa
ahí va el enamorado preso de una mirada
ahí va la mujer cautiva de sus sueños.

Las espigas secas


A mis pasos,
Las espigas secas,
que se arrancan.
Tras de mí,
la sombra negra,
que me sigue.
Sobre la sombra,
va un secreto.
Tras el secreto,
un corazón lo acompaña
Sobre el corazón,
las espigas que se clavan.