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lunes, 10 de mayo de 2010

POESÍA

Centenario del poeta Luis Rosales
Poeta y ensayista granadino Luis Rosales (1910-1992), declarado 'Autor del año 2010' por la Consejería de Cultura de Andalucía.
Luis Rosales, aquel náufrago metódico
http://www.elpais.com/articulo/cultura/Luis/Rosales/naufrago/metodico/elpepucul/20090519elpepicul_12/Tes
En su autobiografía, el poeta y ensayista Luis Rosales (1910- 1992) escribió: "Como el náufrago metódico que contase las olas que le bastan para morir, y las contase, y las volviese a contar, para evitar errores, hasta la última, hasta aquella que tiene la estatura de un niño y le cubre la frente, así he vivido yo con una vaga prudencia de caballo de cartón en el baño, sabiendo que jamás me he equivocado en nada, sino en las cosas que yo más quería".
Quizás le pesara, como él mismo reconocería, la guerra y no haber podido hacer nada por salvar a su amigo el también granadino y también poeta Federico García Lorca, arrestado en su casa, pese a que Rosales había obtenido garantías de que las autoridades rebeldes le respetarían.
Luis Rosales, figura máxima de la Generación del 36, está considerado como el poeta de lo cotidiano o, como lo definiría Dámaso Alonso, uno de los mejores exponentes de la poesía arraigada: entrañable, intimista y centrada en los hechos y figuras que rodean al poeta: su familia, la amistad, su casa y hábitos para crear una autobiografía sentimental.
EL BOSQUE SE IBA HACIENDO AL ARDE

Me están mirando en tus ojos
los ángeles del instante,
los ángeles que han perdido
la memoria al contemplarse.
Me estoy reuniendo en tus brazos;
te siento casi quemándome;
arden el tronco y las ramas
pero las hojas no arden.
Estamos juntos, sin vernos,
repetidos y distantes,
juntos pero no vividos,
tristemente naturales.

AYER VENDRÁ
La tarde va a morir; en los caminos
se ciega triste o se detiene un aire
bajo y sin luz; entre las ramas altas,
mortal, casi vibrante,
queda el último sol; la tierra huele,
empieza a oler; las aves van rompiendo
un espejo con su vuelo;
la sombra es el silencio de la tarde.
Te he sentido llorar: no sé a quién lloras.
Hay un humo distante, un tren,
que acaso vuelve, mientras dices:
Soy tu propio dolor, déjame amarte.

CONTIGO [fragmento]
No hay noche, no hay luna, no
hay sol cuando estoy contigo,
tiemblo de quererte tanto,
tiemblo de sentirme vivo,
tiemblo de saber que un día
la espuma se lleva al río,
y en el corazón del hombre
se lleva al tiempo el olvido.
No hay luz, no hay jardín, no hay
noche de otoño contigo,
¡quisiera que se acortara
el tiempo cuando te miro!
contigo para perderme,
para salvarme contigo, contigo,
Abril, para siempre
por los siglos de los siglos.
* * *
Tiemblo de verme en tus ojos
sin comprender el bautismo,
contigo, Abril, primavera,
el nombre nace contigo,
y el ser también en el seno
de tu vientre estremecido,
nieve niña y madre virgen
de mi tiempo y mi destino;
por ti se agrupa el rebaño
por ti se doblan los trigos,
por ti los álamos tiemblan
y el mar se levanta en vilo
como los pueblos que llevas
en la mirada perdidos
para siempre, como el tiempo
que vuelve a nacer contigo,
contigo para salvarme,
para perderme contigo
como el beso que no sabe
sobre qué boca ha nacido.
¡No puedo verte, no puedo
verte cuando estoy contigo!
¡no sé mirarte, no sé
mirarte, pero te sigo!
tuyo seré madreselva,
madre viento y madre río,
isla de ti solamente
mi nacimiento continuo,
que estoy con dolor queriendo
lo que muero y lo que vivo,
lo que vivo y lo que muero
de tenerlo sin vivirlo.
* * *
Ya el tiempo es sólo el espejo
donde te sueño lo mismo
que los chopos en invierno
sueñan su verdor florido

LARGA ES LA AUSENCIA

Tu soledad, Abril, todo lo llena.
Colma de luz la espuma y la corriente.
Aurora niña con su sol reciente.
Toro en golpe de mar como mi pena.
La soledad del corazón resuena
desierto ya como un reloj viviente,
como un reloj que late porque siente
la marcha de tu pie sobre la arena.
Y así vas caminando sangre adentro,
sangre hacia arriba, hacia el primer encuentro,
sangre hacia ayer en la memoria mía;
¡ay, corazón, donde me pisas tanto!,
¡qué soledad sin ti, cierva de llanto!
qué soledad de luz buscando el día.

¿CÓMO NACE UN RECUERDO?
Retrato de Dionisio Ridruejo

¿Cómo nace un recuerdo? ¿No era un junio?
El cielo abría su puerta
sobre el valle del Arga.
Entre los montes iba la luz con obediencia trémula.
Recuerdo que el silencio atardecía
toda la vida a su extensión sujeta:
los caminos sin gente, las murallas,
y el fresco olor que a los pinares lleva.
Oyendo unas campanas vi tus ojos,
pequeños y naciendo de la tierra
jugaban con un dejo campesino
en la mirada concentrada y lenta,
no suspicaz pero alertada y pronta,
no impositiva pero fija y cerca
de ser dura, tal vez, cuando nos mira
y nos puede ayudar con su dureza.
Los ojos sin pestañas, se diría
sin párpados también, sin brillo apenas,
con libertad no exenta de mesura,
con derramada y fácil negligencia.
¿Cómo nace un recuerdo? La luz última
arropaba tu cara entre la niebla,
descarnada, pequeña, fina y dulce,
cansado el gesto y sin cansar la fuerza.
El cabello castaño, cuando ríes
la risa te reclina la cabeza;
la piel áspera y pálida, la boca
desdibujada, exánime, risueña.
En testimonio de vivir tenías
hoyuelada la cara,
y había en ella
una gran paz convaleciente:
hoy
sigues dando esa paz que tú no encuentras.
Recuerdo que me hablabas descansando
todo el cuerpo en la voz, y tu voz era
la que llevaba al mundo de la mano,
amplia, segura, convencida, cierta.
Recuerdo... ya no sé. ¿Cuándo empezaste
a estar detrás de la memoria entera,
detrás y como un tren que caminara
sobre dos vidas en la misma rueda?

1 comentario:

  1. No menos que agradecer estos poéticos lunes con los que obsequiais a los que de vez en cuando descansamos a la sombra de vuestro Club de Lectura buscando un remanso de paz en tiempos agitados.
    Un placer descubrir a Luis Rosales.

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